martes, 8 de marzo de 2011

Echo de menos el olor a cloro...

Llevo aproximadamente la mitad de mi vida metido en una piscina. Empecé a los 9 años a jugar al waterpolo, tras haber pasado toda mi infancia metido en cursillos de natación, y lo he dejado a los 18 prácticamente. Me siento como si no fuese el mismo sin él: ya no nado todos los días, ya no huelo a cloro, ya no tengo ganas de inventarme escusas para quedarme en casa...


No sé, puede parecer una chorrada, pero cuando llevas toda la vida quejándote de que no tienes nada de tiempo para ti, de que todos los días el entrenador te hace nadar demasiado, de que es un capullo y solo puede pensar en una cosa...; después de un tiempo, cuando ya no lo tienes, acabas por darte cuenta de que eso mismo de lo que te quejabas era una parte muy importante de tu vida.

Echo mucho de menos ir a entrenar cada día, ponerme el bañador, motivarme, calentar, tirarme a nadar, intentar darlo todo. Echo de menos esforzarme hasta no poder más, poner todas mis ganas en una brazada, en un lanzamiento, o en un levantamiento de pesas. Les echo mucho de menos a todos mis compañeros. Echo de menos ganar. Lo echo de menos todo.

De veras creo que es cierto el que no te das cuenta de todo lo que tienes, hasta el momento en que lo pierdes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario