domingo, 29 de mayo de 2011

Me resulta curioso.

Estás rodeado en todo momento por objetos más o menos peculiares que utilizas a menudo en tu día a día, como una plancha, una escoba o incluso una bombilla. A veces, la cosa más inesperada nos puede llegar a sorprender, y ésta ha sido mi situación.

Me he fijado en un pequeño ventilador de mi casa, el cual es propiedad de mi hermano. Es un ventilador que compró hace uno o dos años en los chinos, por lo que su fiabilidad puede que no sea la mejor, pero de todas formas funciona perfectamente. He buscado el modelo en Internet, e incluso he llegado a encontrar una foto de él en la segunda página de google, esa gran desconocida.


El ventilador es un aparato pequeño y manejable, pero no lo suficientemente pequeño para llevarlo a cualquier sitio, ni lo suficientemente manejable ya que no puede situarse de muchas formas por el simple hecho de constituir una estructura rígida. En efecto, no sirve para mucho.

El ventilador tiene tres posiciones que se pueden regular por un interruptor situado en la parte posterior del objeto. El interruptor es así como una balanza, por lo que si se sitúa nivelado será una posición y luego puedes moverlo hacia dos velocidades diferentes. Las posiciones son:
  • La posición O: Se encuentra en la mitad, y es la que va por defecto. En ella el ventilador permanece quieto.
  • La posición I: Se activa pulsando el interruptor en el lado derecho. Es la velocidad uno.
  • La posición II: Se activa pulsando el interruptor en el lado izquierdo. Es la velocidad dos.
Lo curioso de este aparato es que las dos velocidades son iguales, y demasiado altas. Es normal que la velocidad dos se note mucho, pero es que la uno no se queda corta. Si tienes calor pondrás primero la uno, y tras haberla puesto volverás a mirar cuál has puesto y cambiarás a la otra por si te has equivocado, ya que son casi iguales. Pasas de no disfrutar ninguna brisa a encontrarte con eso, un ventilador furioso que quiere acabar con el orden en tus alrededores. El ventilador hace, además, un ruido infernal, enserio, en ambas velocidades. Lo tiene todo.

Yo lo uso para refrigerar el portátil cuando se calienta un poco y para cuando tengo un calor intenso. Cuando me pongo el ventilador enfrente y lo enciendo noto toda la ráfaga de aire que se ha estado guardando para mí, y es tan intensa que lo vuelvo a apagar. Llego a echar de menos el calor de lo incómodo que llega a ser. De todas formas volveré a encenderlo al día siguiente.

A pesar de todo, me parece uno de los aparatos más útiles de toda mi casa, y es tan solo un objeto insignificante y que cualquier persona no repararía en su existencia siquiera.

jueves, 26 de mayo de 2011

Cuando la tormenta para, por un tiempo.

Llevo un tiempo ya estudiando mucho, bueno dejémoslo en bastante, y ahora mismo me encuentro en medio del período de exámenes. He pasado dos de ellos, y me quedan otros dos. De momento voy bien, que es lo que importa.


De momento solo pienso en momentos para escaparme, y ya he encontrado varias opciones, yo las llamo vías de escape. Entre ellas encontramos un videojuego, la música, escribir (aunque menos), salir a correr (cada vez más) y hablar, hablar mucho, hablar por hablar simplemente con ella.

Buscaría alguna vía de escape más si me hiciese falta, pero voy servido.

domingo, 22 de mayo de 2011

Con el paso de los años...

La gente cambia con el tiempo, es una realidad. Las experiencias que vives modifican tu carácter, y por eso no es lo mismo ver la vida con 14 años que con 18, simple cuestión de experiencias. Cambiar no es malo, simplemente es una fase de lo que conlleva el vivir. Si no vas evolucionando paso por paso, poco a poco, te quedas atrás, y en todo momento deberíamos andar mirando hacia delante para tratar de no tropezar.


Cuando pasan los años no le das el mismo sentido a las cosas que te pasan. Me encantaría tener el mismo nerviosismo que tenía antes para cualquier cosa, ahora muchas veces piensas que es “algo más”, y eso hace que todo pierda gran parte de su gracia. Por eso intentas buscar esas cosas en el estómago que sientes cuando algo es especial, y hay veces que lo encuentras con una persona especial, y hay veces que lo encuentras con un deporte, y otras con un nuevo trabajo, no sé, el caso es que hay que buscarlo.

La ilusión lo es todo en el día a día, o la esperanza, como lo quieras llamar. Una vida sin eso simplemente no tiene destino, le faltan metas, le faltan sueños que cumplir, le falta relleno. Y no sabes lo importante que es hasta el momento en el que te desilusionas y pierdes tu norte. Entonces tienes que encontrar algo nuevo.

Pienso que cada vez será más difícil encontrar algo que te haga sonreír con cara de tonto o despertarte con buen humor cada día, pero es que me niego a conformarme con una vida llena de lunes grises y sonrisas vacías.

sábado, 21 de mayo de 2011

Reflexión

Hoy, 21 de mayo de 2011, es mi primera jornada de reflexión. Me hubiese gustado que en ella no estuviese de por medio nada que me hiciese dudar de mi elección. A pesar de todo, ahí está, es ella la que me hace dudar en todo momento ¿Qué hago ahora?

Realmente la política es lo que menos me importa en éste momento, tengo otra cosa en mente. Me encantaría poder estar a casi 400 kilometros de aquí, aunque tardase 4 horas en volver. De esa forma estoy seguro que no me importaría quedarme sin votar y que saliese el partido que fuese.

De todas formas no paro de darle vueltas, y realmente es una lástima que irme allí no pueda ser una alternativa.

martes, 17 de mayo de 2011

Nacho González Pérez

Tenía muchas ganas de escribir sobre ésto, pero nunca me atrevía. Escribir sobre tu mejor amigo es algo difícil, siempre tienes muchas ganas de hablar de él, le metes en todas las conversaciones y en la mitad de tus anécdotas, sin embargo vas a describirle y siempre te quedas corto. No lo voy a hacer mucho mejor de que lo habría hecho hace un tiempo, pero sé que si lo lee le dará igual que me quede corto.

Nacho es una de las personas más importante en mi vida, durante muchos muchísimos años hemos estado compartiendo la mayoría de horas del día. Íbamos juntos a la guardería, sin embargo en esa época no eramos amigos. Ya cuando nos cambiamos al colegio la cosa cambió, y desde primero de primaria hemos ido juntos.


Llega un momento que puede que al compartir muchas horas con una misma persona tengas roces con él, pero éste no es el caso. Nosotros quedábamos con más amigos para ir juntos al colegio, a las 7.40 de la mañana, de ahí nos íbamos a clase juntos, y nos sentábamos juntos cuando íbamos juntos a clase. Cuando salíamos del colegio nos volvíamos juntos, cada uno se iba a comer y luego nos volvíamos a ver para ir a entrenar juntos, muchas horas; y quedábamos los fines de semana. Así es normal que si hay una persona con la que se pueda decir que lo he compartido todo ha sido con él.


Nacho es un chico especial, a su manera. Nació el 12 de Septiembre, así mientras los americanos se lamentaban del atentado de las torres gemelas yo solo rezaba por acordarme que el día siguiente era su cumpleaños, me sabe mal, pero es así. Es un chico cariñoso, a su manera. Sabes que en todo momento va a estar ahí, aunque en muchos momentos no demuestre que "te quiere", ya que no es un chico al que se le de muy bien eso de ser expresivo. No es pesado o lo es demasiado, no tiene término medio. Siempre nos metemos con él porque tiene la cabeza grande, le decimos que tiene gravedad propia, y que para lavarse la cabeza hace falta un cuerpo de bomberos; pero el hecho no es que la tenga grande, es que además es jodidamente cabezón. Me acuerdo de una anécdota en la que estábamos entrenando y se puso muy pesado, así que en un lance del juego le cogí la cabeza y le dí un rodillazo, él no lo notó, pero yo me tuve que hacer placas porque creía que me había roto la rodilla. Es la mejor persona que puedes tener a tu lado para que te guarde los secretos, es muy responsable, simpático, gracioso, descoordinado, y agarrado. Por lo de agarrado también nos metemos con él, pero es que en el momento que escucha las palabras "comida" y "gratis", sobre todo "gratis", la mirada se le ilumina. Le invita su novia a cenar a él, no siempre, a veces van a medias.

En los momentos difíciles siempre es un buen compañero. Lo puedes estar pasando lo peor posible, puedes estar destrozado, acabar por los suelos o lo que quieras, él siempre estará allí. Él nunca mirará por él mismo en ese momento, y en ese sentido es una persona ejemplar. Cuando le cuentas cualquier cosa se queda callado, rumiando la idea, y lo más probable es que no opine o que lo haga de forma discreta, sin embargo el hecho de que esté ahí en todo momento hace que con él lo puedas sobrellevar todo.

Salir con él es siempre una buena idea, te ríes mucho, le gusta salir de una forma más tranquila, no tanta discoteca, pero creo que es por no pagar. Nacho, creo que esa fama te perseguirá siempre. Cuando bebe se vuelve muy extrovertido y le da por hablar con la gente. Además siempre guarda las formas y no se pasa, menos una vez en el pueblo de Josito en la que... De todas formas eso no viene a cuento.


Nacho está saliendo con una de mis mejores amigas, también hay que decirlo. Espero que no discutan nunca, porque la verdad es que hacen muy buena pareja. A Nacho le costó, concretamente tres intentos y otros tantos años conseguir una chica así, pero llevan ya dos años juntos y se les ve igual de bien que el primer día. Espero que Majo me lo cuide.


 Brindo por todos los momentos a tu lado, los pasados y los que nos quedan.

lunes, 16 de mayo de 2011

De cero a cien, para volver a cero.

La vida son un conjunto interminable de circuitos: de amor y desamor, de ilusión y desilusión, de alegría y enfado, de acción y reacción, de comienzo y final. Todo tiene un punto de partida, después cambia y al final te encuentras con algo totalmente diferente. Después viene el momento cero. Días más tarde vuelves a caer en el circuito, de lo que sea, si eso es lo de menos. Por momentos parece que muy pocas cosas, o incluso nada, vaya a ser para siempre. Esto es así, siempre.


Yo siempre he pensado que lo mejor que te puede pasar en la vida es ilusionarte, aunque sea de nuevo. No es una cosa que pase muy a menudo, pero te hace sonreír a todas horas, y eso gusta.


Creo que en ese momento a todos nos apetecería que nada se volviese a mover, que se quedase impasible por muchas cosas o mucho tiempo que pasase. Al menos hablo por mí.

viernes, 13 de mayo de 2011

Escribir es Gratis

De vez en cuando me da por escribir, es obvio, sino no hubiese creado un blog. A las cosas que escribo me gusta llamarlas “cosas” o “textos”, no sé, realmente no tienen un significado demasiado definido para mí. Son palabras que se unen, formando frases, que a su vez forman párrafos, y éstos son los que le dan una estructura a mi “cosa”, ya me entiendes.

Suelo escribir, normalmente, sobre cosas que no solo me pasan a mí, sino que le pueden pasar a muchas personas al igual que a mí, y es que pienso que no hay nada como verse reflejado en alguna parte, en un libro, en una canción, en una “cosa”. Puede que sea una tontería, pero te hace recordar que a las demás personas del mundo también les ocurren cosas parecidas a las tuyas, luego ya coincidirán los nombres, o la tuya será mucho más graciosa o simplezas así, pero lo que cuenta es verte identificado con ello.

Pienso que escribir es una vía de escape importante, para mí y para todo aquel que la ha probado. Además, no es adictivo. Puede que algún día se te ocurra una gran idea, pero ya está, las demás veces escribirás simplemente por desahogarte, o por disfrutar compartiendo con los demás algo que te ha pasado.

Siempre he pensado que todo el mundo debería poder aliviarse de alguna forma, y escribir es una de las mejores cosas que he encontrado. Así que ya sabes, me muero por leer lo que piensas.

martes, 10 de mayo de 2011

Hablar por hablar


Con el tiempo empiezas a disfrutar de los espacios de tiempo que surgen tras cada una de las palabras que pronunciamos en un diálogo. Pienso que ése es el momento en el cual podemos decir que “pasamos tiempo” con una persona, porque cuando hablamos estamos demasiado enajenados con nosotros mismos como para darnos cuenta de muchas cosas. Cuando estás hablando, millones de cosas vienen al mismo tiempo a tu mente, y son tantas cosas que coges la primera idea fácil que se te aparece y empiezas a tirar de ella, formando una frase. Simplemente es impensable que puedas disfrutar en ese momento, asúmelo, no puedes pensar en todas las cosas que tienes que decir y en la otra persona al mismo tiempo. Entonces surge un pequeño silencio y lo arregla todo.

Yo soy de los que a veces hablo mucho, y otras veces hablo poco. Hablo mucho cuando estoy nervioso o eufórico, y muchas veces digo tonterías y me invento cosas, así porque sí, aunque ninguna tenga gracia, lo sé, suena penoso. Sobre todo hablo mucho cuando puede que esté algo nervioso por cualquier cosa. Cuando hablo poco es porque seguramente quiera escuchar, o necesite escuchar a alguien, por lo de saber si alguien te está siguiendo el ritmo. Hay momentos en los que no hablo simplemente porque no hay nada que hablar, o porque no es necesario ya que puede que conozcas lo que piensa la otra persona.

Saber qué piensa otra persona es un tema interesante. Puede que sea porque le conoces tanto, y desde hace tanto tiempo, que no hace falta que os digáis lo que estáis pensando en ese mismo momento, simplemente lo sabes. Creo que es la comunicación más estrecha que puedes tener con cualquier persona. En otros casos puede que no necesites hablar con ella porque vuestras dos personalidades y forma de pensar puede que se asemejen, y ése es otro tema interesante. No hay dos personas iguales, pero sí parecidas.

A veces lo que importa no es el hablar, sino el reírte hablando, el tema hablado, las posiciones y la forma de decirlo. El habla lo aprendemos pocos años después de nacer, y no le damos la importancia que tiene dentro de nuestra sociedad, ya que sin nuestro hablar no podríamos concebir un modo de vida como es el nuestro, que se basa en relacionarnos con la gente que hay a nuestro alrededor.

domingo, 8 de mayo de 2011

Vivir

Cada momento que recapacito me doy cuenta de que apenas soy nada. Soy una parte de algo tan pequeño y con tan poca repercusión que si desaparezco las cosas no cambiarán en ningún sentido. Sin embargo, ¿sabes todo lo que cuesta vivir? Vivir lo es todo, aprovechar, sonreír, disfrutar, soñar, todo. No estoy hablando simplemente de sobrevivir, estoy hablando de vivir. Vivir es algo así como sonreírle a la parca cuando venga a por ti porque has pasado un buen rato. Espero que me entiendas.

Me di cuenta tras una partida de paintball de una cosa muy importante: “O vas con todo, o siempre te quedarán balas en la recámara que no habrás aprovechado”. Sé que la metáfora puede que no sea la adecuada, ya que pertenece al contexto de un juego bélico, pero creo que el significado es lo que importa, y que la forma de decirlo no hará más que variar según en la boca de quién se formule.

Así es la vida, la búsqueda desesperada de un significado, el de la felicidad, para tratar de conseguirla. Hay personas que lo encuentran, personas que no y personas a las que les da lo mismo. Igualmente hay personas que consiguen ser felices, incluso sin saber qué es la felicidad, y esos son los bienaventurados. Hay personas que buscan en todas partes buscando un significado a su vida, y si te fijas puedes denotar esa necesidad de encontrar algo que les llene tan solo con mirarles a los ojos, andan vacíos.


Yo no he encontrado el significado de la felicidad, así que deséame suerte.

jueves, 5 de mayo de 2011

Decisiones

Ha pasado mucho tiempo desde que tomé mi primera decisión, que, por supuesto, no me acuerdo cual fue. La capacidad de decidir se nos implementa mucho antes que la de andar, por ejemplo, o la de hablar incluso. A veces basta con un movimiento de mano, o un índice apuntando hacia la dirección deseada para elegir. La palabra “decisión” me recuerda a un bebé rechazando una ensalada para intentar meterse en la boca un filete, y es que cosas así son lo natural.

Con el paso de los años, múltiples factores intervienen en tu forma de decidir y hacer las cosas. Tanto el contexto social como el personal se meten de por medio. Según cómo seas, cómo la gente piensa que eres, o incluso cómo aparentes ser de cara a un desconocido, vas a poder tomar unas determinadas decisiones, o las van a tomar por ti. Créeme, si alguien decide por ti raramente escogerá aquello que desees.

¿Ejemplos? ¿Por qué las mujeres no pueden conducir en los países árabes? ¿Por qué se hacían esos estúpidos test de inteligencia para determinar las profesiones en un futuro? ¿Por qué tengo que pagar una deuda que no es mía? ¿Por qué no puedo ir por la calle vestido como me apetezca en ese momento, o desnudo mismo? ¿Por qué tengo privilegios, o no, por pertenecer a un estrato social determinado, o no? Ejemplos se me ocurren muchos, de prohibiciones absurdas, de limitaciones impuestas por cualquier cosa, de avisos sin fundamento.

Yo soy de los que piensa que las cosas se han de razonar mucho antes de hacerlas, para sopesar los pros y los contras que puede suponer cualquier acción. Todas y cada una de las cosas, sin excepción. Soy de los que piensa que si alguien se tiene que meter por medio, que lo haga de cara a aconsejarte, nunca a limitarte, y estaría bien que lo pidiese. Soy de los que piensa que quien la caga ya tendrá suficiente con las represalias de haber fastidiado parte de su propia vida.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Un Pilar

Yo soy de los que piensa que si conoces a una persona puede que sea por un motivo determinado. Puede que dentro de unos cuantos años te la vuelvas a encontrar, y entonces puede que os conozcáis o que no, y puede que lo necesites o no. Puede que esa persona se convierta en un pilar muy importante en tu vida, como un ángel de la guarda, un pañuelo de lloros o un compañero de aventuras. Puede que realmente acabe por desaparecer de tu vida del mismo modo por el cual vino, súbitamente.

Entonces, cuando me presentan a cierta persona en una fiesta, o saliendo con los amigos, en un cumpleaños o en casa de mis tíos, me pregunto por dentro si puede que esa sea, en un futuro, una persona importante para mí. No me refiero al amor. No me refiero a una aventura, ni mucho menos. No quiero decir que vaya buscando a mi amigo del alma en cada persona que veo, porque ya lo tengo. No quiere decir, tampoco, que vaya intentando hablar con cada sujeto que se cruza conmigo. Simplemente busco a una persona más que me pueda alegrar el día. Puede que congenies con esa persona, y puede que no.

Todo en el mundo parte de una posibilidad. Seguramente, la probabilidad de que conozcas a tu pareja ideal es ínfima, incluso puede que ella no exista, pero tienes una gran probabilidad, en todos los sentidos, de poder encontrar a una persona que te haga sonreír todos los malditos días de tu existencia, y eso no es, para nada, fácil.

Simplemente, si se da la ocasión de que coincides con una persona, y habláis, intenta buscar algo en común con ella. Puede que, precisamente, lo que tengáis en común sea nada, pero piensa que entonces estás hablando con un muerto. Con todo el mundo tienes algo en común. Habla en verso, cuenta chistes, baila mucho y vocifera palabras malsonantes, no sé, haz lo primero que te venga a la cabeza. Si surge una especie de contacto entre vosotros estate contento, puede que acabes de encontrar a tu pilar, tu ángel de la guarda, tu pañuelo de lloros o tu compañero de aventuras.

¿Yo? Estoy encantado de haberte conocido.