La vida son un conjunto interminable de circuitos: de amor y desamor, de ilusión y desilusión, de alegría y enfado, de acción y reacción, de comienzo y final. Todo tiene un punto de partida, después cambia y al final te encuentras con algo totalmente diferente. Después viene el momento cero. Días más tarde vuelves a caer en el circuito, de lo que sea, si eso es lo de menos. Por momentos parece que muy pocas cosas, o incluso nada, vaya a ser para siempre. Esto es así, siempre.
Yo siempre he pensado que lo mejor que te puede pasar en la vida es ilusionarte, aunque sea de nuevo. No es una cosa que pase muy a menudo, pero te hace sonreír a todas horas, y eso gusta.
Creo que en ese momento a todos nos apetecería que nada se volviese a mover, que se quedase impasible por muchas cosas o mucho tiempo que pasase. Al menos hablo por mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario