jueves, 23 de junio de 2011

Rubén

Rubén Darío Rodríguez Romeo, así se llama mi entrenador. Puede que de jugador fuese bueno, pero estoy seguro que de entrenador es muchísimo mejor, y no para de demostrarlo año tras año, superando hasta sus propias expectativas en cuanto a resultados al final de la temporada. Y yo me sé su clave, es muy pesado.


Rubén empezó a entrenarme hace unos 9 años si no me equivoco, yo por entonces era un chaval más que se acababa de meter en este deporte, y Rubén acababa de venir a Valencia como jugador para formas un  proyecto con el primer equipo para subir a división de honor. Lo consiguieron, pero eso no es lo más importante para mí. Rubén nos cogió a un grupo de enanos y empezó a entrenarnos, prácticamente desde cero, para ver si conseguía sacar algo bueno de nosotros. Creo que lo consiguió.

Desde el principio nos hacía nadar mucho, para cualquier jugador nadar cualquier cosa es siempre demasiado. Nadábamos, nadábamos y nadábamos, y más tarde tocábamos algo de bola, pero ¿qué se puede hacer con dos o tres calles en una piscina como la fonteta de Sant Lluís? Fueron buenos años.

Rubén conseguía explotar cualquier cosa que tuvieses buena. Si eras bueno nadando no te tenías que preocupar de nada más, como decía él: "Tienes que nadar follado hasta pegarte con el palo de la portería." Puede que no tocases la pelota en todo el partido, pero a él con que le obedecieses bastaba. Lo más increíble de todo es que siempre que hacías todo lo que Rubén decía el partido salía perfecto, y cuando no...

Tras muchos años junto a él me atrevo a desvelar su secreto, el de su éxito. Su secreto consiste en la pelota que se pone en el culo cuando habla con su equipo, porque solo se lo he visto hacer a él; también el la forma de pitar los partidos como le da la gana, lo de cagarse en la puta de oros (que la pobre estará...), y sobre todo ser un pesado. Rubén no es un pesado en el sentido despectivo de la palabra, sino que es un pesado que sabe lo que se dice. Si Rubén te dice una y mil veces que hagas ésto así, hazle caso siempre que esté hablando de waterpolo, porque de éso sabe mucho más que todo el equipo junto.

Dos consejos:

  • No le prometas nunca nada a Rubén, él se acuerda siempre, y te lo recordará.
  • Nunca vayas a hablar con Rubén cuando tienes algo claro, es la persona con más labia que he conocido en mi vida, y te comerá la oreja.

Rubén es una gran persona, lo mires por donde lo mires. Siempre te contará algo que le haya pasado a él en otro momento de su vida, y sino, sabrá entenderte. 

Mucha suerte, y espero que algún día podamos volver a jugar juntos.

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