jueves, 21 de julio de 2011

Estamos en Verano.

Es verano, y junto con el verano llegan las vacaciones y el tiempo libre. Tanto tiempo libre hace que hagamos muchas cosas, o demasiado pocas para algunos, pero bueno, el tiempo libre más que hacer que hagamos cosas produce que nos pasen cosas. En verano pasan muchas cosas curiosas y divertidas.

El otro día me perdí dos veces, una a la ida y otra a la vuelta. A la ida estaba acompañando a mi hermano a casa de su novia y después yo tenía que seguir más lejos, acompañándole iba a dar un rodeo, pero no me importó con tal de estar media hora acompañado. Seguí recto tras dejarle, crucé un puente y me metí por unas calles creyendo que llegaría a Viveros (Valencia), pero me metí en unas calles un tanto peculiares, viejas y abandonadas. Daba mal rollo. Me perdí dentro de ellas, y tras 15 minutos conseguí llegar a Viveros. Llegué tarde. A la vuelta cogí el último bus que pasaba, y a mitad de camino de mi casa dice que es la última parada, y yo no había contado con ello. Me tocó ir andando un buen trecho. Mi familia se rió de mí.


Al día siguiente mi hermano me enseñó qué buses he de coger y cuáles no. Yo creo que debió pensar que era tonto ayer, cuando volví ayer andando desde la otra parte de Valencia porque el último bus que me había dicho él que cogiese había pasado hacía un rato. La cuestión es que no quiero probar más inventos con los autobuses.


Dos días después de perderme por primera vez me fui a un parque de atracciones (Terra Mítica). El camino es largo si piensas que estás en la misma comunidad autónoma, y cuando llegas allí es un desierto. Hacía muchísimo calor, pero habían atracciones de agua. El día fue genial, pero pasó igual que lo que pasa con todos los días geniales del mundo, que se acaban demasiado rápido.


Hoy me he tenido que levantar a las siete de la mañana para llevar a mi hermana a un campus. Sí, lo sé, soy un pringado. Almenos solo es por un día. Después me ha tocado ir a hacer la compra. Lo sé, pringado de mí... Pero son vacaciones, y tengo todo el resto del día libre, ¿qué más puedo pedir? Además tengo mejores planes para la tarde, y nada me los va a arruinar.


Algún día tendré que hablar de mi hermana...

Como moraleja dejo: "Levantarse a las siete de la mañana, pasar mucho calor y perderse por tu ciudad no pueden arruinarte un día, porque hay muchas más horas por delante para tratar de disfrutarlo".

Está siendo un buen verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario