Dije que volvía a las piscinas y lo he hecho. Llevo dos días entrenando, y las agujetas que tengo en todo el cuerpo lo corroboran. Las contracturas empiezan a hacer acto de presencia en toda la espalda, pectorales, hombros, brazos y cuello. Me levanto cansado y me acuesto agotado, pero cuando estoy en el agua es vida.
La pretemporada es la etapa más dura del año para un deportista, es menos divertida y más monótona. Es muy de nadar, nadar, nadar y nadar, aumentando tu fondo y creando el ritmo de competición que tendrás que mantener todo el año. Es la peor, pero al menos no me lo estoy pasando mal, sé que no estoy en mi mejor estado de forma, y que me cuesta mucho esfuerzo seguir el ritmo de los demás y que incluso esforzándome al máximo acabo pinchando, pero necesito que me den un tiempo para habituarme, son muchísimos meses sin haber hecho nada (me arrepiento).
Ahora voy a tratar de curarme este maldito resfriado y de llegar de una maldita vez a todas las series de 400 metros saliendo cada 6 minutos (que ahora solo llego a 3 seguidas).
Con respecto a volver he cumplido, ahora veremos cuántos días a la semana podré asistir...
No hay comentarios:
Publicar un comentario