Prejuicios

No voy a decir lo de siempre: "los prejuicios son malos". Precisamente esa es la frase que todos oímos innumerables veces a lo largo de nuestra vida, y aún así seguimos teniendolos. Es inevitable, dado nuestra naturaleza, que tratemos de saberlo todo sobre las personas que nos rodean, somos muy curiosos, pero es que además intentamos clasificar a cada individuo, y lo que generamos son los estereotipos. En el caso de no tener ni idea de esa persona nos lo solemos inventar o imaginar según su aspecto físico, su forma de hablar, la ropa que lleva y cosas por un estilo. Así se crean los prejuicios.

Yo tengo muchos prejuicios, lo admito. Los tengo hacia los "macarras", las personas de diferente raza a la mía, las "chonis", los "canis", los "drogadictos", los "homosexuales"... Considero que tengo muchísimos, y no me cuesta admitirlo porque pienso que mi mente reacciona mal hacia ese tipo de personas creando una especie de defensa. También hay que decir que la mayor parte de las ocasiones ese temor no posee fundamento, y la persona que hay delante mío seguramente sea mejor persona de lo que soy yo. No me considero quien para juzgar a nadie, ya que tengo suficiente juzgándome a mí mismo, por ello sé que me equivoco con mi comportamiento. Además, incluso juzgándome a mí mismo me suelo equivocar, o me suelo autoengañar, entonces, ¿cómo voy a ser capaz de juzgar a otra persona?

Por ello pienso que detrás de cada persona hay una historia, y que merecería la pena disfrutar de cada una de ellas. Sé que es imposible que me ponga a hablar con todas las personas que me cruzo en un solo día, y que nunca conoceré la historia de quien rechazo, pero tenemos que abrir un poco más los ojos. Todos.