miércoles, 9 de noviembre de 2011

Algo como de ciencia ficción.

Yo pienso, luego existo, como diría un drogadicto allá por el año XVI y XVII (nótese que con drogadicto me refiero al término filósofo, que no quiero crear mal ambiente, pero es que muchos me lo parecen). Mi problema es que hay momentos en la vida en los que pienso mucho, ¿demasiado? nunca es demasiado, pero hay otros momentos en los que no pienso tanto, y claro, no soy plenamente consciente de lo que me rodea.

La vida es como una caja de bombones, al principio parece muy grande y luego se te hace demasiado corta, además tiene algo de ciencia ficción en ella, lo que hace que hayan momentos que  los saborees con un paladar distinto al habitual, ya sabes, los disfrutas de una forma diferente a cómo lo harías normalmente. Estos momentos tendrían que ser especiales, pero últimamente no nos fijamos en esos momentos, sino que la moda reside en dejarse llevar, en pasar...


Hemos dejado atrás la época en la que predominaba el más fuerte, y los diferentes pueblos se medían entre ellos con garrotes, espadas, piedras o lo que hiciese falta, y todo ello es una pena. El producto de este cese de la violencia armada aprobada por todo el mundo hace que la población se dispare, que los recursos energéticos se queden cortos, que los pisos tengan dimensiones irrisorias, que como sabes que vas a vivir probablemente demasiados años no disfrutes por completo de tu vida, y eso mismo es un error fatal. Estoy seguro que cuando se vivía 25 años y pasaba algo gordo en tu comunidad todo el mundo se alzaba y luchaba, pero hoy no, porque dentro de 5 años volverá a pasar lo mismo. La vida así carece de sentido. Lo único que hemos conseguido con tanto "desarrollo" es ir hacia atrás, no estamos hechos para ser tantos, nos limitamos a cerrarnos en banda a hacer aquello que nuestras leyes morales nos dejan hacer, y no lo que nuestro cuerpo e instintos piden. Así no vamos hacia ningún lado.

Los humanos hemos venido al mundo para criticarnos, para curiosearnos, para insultarnos, para pegarnos y para muchas cosas que no son "recomendables" a los ojos de la moralidad. Pero, ¿quién diseñó esa moralidad? En momentos me pregunto si fue una persona, por eso lo de la ciencia ficción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario