sábado, 18 de junio de 2011

Familia, os quiero.

Buenos días por la mañana.

Desde pequeño he pensado que toda mi familia era normal, pero bueno, imagino solo a trozos. Creo que en parte tenemos un gran problema con lo de dormir: simplemente no nos gusta. Es imposible que nos despertemos todos los días hora y media antes de salir de casa por la mañana (a las 7 y algo), e incluso los fines de semana que no tenemos nada que hacer nos despertamos a las 8. Podría creer que ésto es normal, pero es que hoy me he levantado con muchísimo sueño, como toda esta semana y la anterior, y me niego a creer que lo normal sea levantarse a horas intempestuosas, cuando las luces aún no se han puesto por las calles. La demás gente no nos sigue. Mi padre dice que es que hay muchas cosas que tenemos que hacer esta mañana..., ¿cuáles?

La otra parte curiosa de mi familia es mi madre, ya que la parte de dormir es más de mi padre. Mi madre se quedaría durmiendo hasta las 12, pero se levanta siempre con mi padre. Mi madre es una de las personas más inteligentes y trabajadoras que conozco, pero también una de las más preocupadas y exageradas. Mi madre es de las que nos llama a cenar con la frase: "La cena está hechaa!!", cuando aún no ha encendido el fuego. Es friolera, y siempre para ella hace muchísimo frío (incluso en abril-mayo). El puntazo lo dio ayer por la noche. El contexto de la conversación es que mi hermano se irá hoy noche a Mallorca de viaje de fin de curso, como todo el mundo, y serás 6 días de discoteca, con alcochol, y sin nadie de responsable. Las frases que se me quedarán de ayer por la noche serán:

"Carlitos, ten cuidado que hay a gente que le operan y le quitan los órganos."
"No se te ocurra hacer éso que hacen los jóvenes ahora de tirarte del balcón a la piscina."
"El alcohol va destrozando el cerebro."

La peor parte de todo se la lleva mi hermano, que es un bocazas y un guasón siempre. Actualizó su estado de tuenti con una canción fruto de su imaginación al mismo tiempo que se la cantaba a mi madre. La canción era algo así:

"Me voy a emborrachar, a emborrachar y a drogarme,
voy a violar gente y a tirarme por los balcones."

En realidad le puso ritmo y todo. Entonces imagínate el panorama a las 12 de la noche en mi casa: mi hermano contento porque al día siguiente iba a irse a Mallorca, cantando su canción como una quinceañera cantaría un éxito de los 40 principales, mi madre indignada diciéndole que por publicar cosas así en las redes sociales se podía poner en problemas con la policía por premeditación y cosas por un estilo, y mi padre en el sofá del comedor, con su vasito de whiskey, de cara al televisor, y diciéndoles que no elevasen tanto la voz por la noche.

Familia, os quiero.

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